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18 de junio de 2025

Lamentos, esperanzas y maldiciones

Por Diego 28 de octubre de 2024

De Frente y de Perfil
Ramón Zurita Sahagún

México siempre ha sido un país en que sus habitantes se lamentan de muchas cosas, aduciendo mala suerte o buscando responsables de los errores que se cometen.

El ya casi se mezcla con situaciones de infortunio, para deslindarse de las causas reales del evento. Fue casualidad, le faltó poquito. Fueron otros factores, no le dieron el tiempo necesario para actuar. Ves, te dije que no iba a poder. Ya tiene un mes y no ha hecho todo lo que prometió.

Los mexicanos somos un pueblo con grandes ilusiones y muchas decepciones que, simplemente, las remediamos con exabruptos y maldiciones.

Desde siempre hemos acumulado resabios y hasta rencores por no salir las cosas como una gran parte de la población espera.

La selección mexicana de fútbol es un claro ejemplo de la frustración que cada cuatro años levanta esperanzas y en poco rato se sufre la decepción.

Apostamos por héroes de barro y de agua que se escurren pronto entre las manos. Pocos son los personajes que se salvan de esas debacles y que son, precisamente, los que hacen mantener la fe a la población.

Pocas son las oportunidades que le dan a la población de mantener la confianza y, sin embargo, el pueblo se encuentra firme, estoico y leal a sus propósitos creyentes.

En los tiempos recientes, los mexicanos no hemos encontrado esa figura que nos represente, por lo que nos hacemos devotos de aquel que nos ofrezca algo distinto de lo común.

Así en la política como en el deporte o el espectáculo, mantenemos firmeza en personajes que con el paso del tiempo comienzan a desdibujarse.

Disculpamos todo, con tal de aferrarnos a esa ilusión que nunca se concreta y exigimos de más a personajes que creemos tienen la obligación de concretar nuestros sueños y no los de ellos.

México siempre ha sido un país en que sus habitantes se lamentan de muchas cosas, aduciendo mala suerte o buscando responsables de los errores que se cometen.

El ya casi se mezcla con situaciones de infortunio, para deslindarse de las causas reales del evento. Fue casualidad, le faltó poquito. Fueron otros factores, no le dieron el tiempo necesario para actuar. Ves, te dije que no iba a poder. Ya tiene un mes y no ha hecho todo lo que prometió.

Los mexicanos somos un pueblo con grandes ilusiones y muchas decepciones que, simplemente, las remediamos con exabruptos y maldiciones.

Desde siempre hemos acumulado resabios y hasta rencores por no salir las cosas como una gran parte de la población espera.

La selección mexicana de fútbol es un claro ejemplo de la frustración que cada cuatro años levanta esperanzas y en poco rato se sufre la decepción.

Apostamos por héroes de barro y de agua que se escurren pronto entre las manos. Pocos son los personajes que se salvan de esas debacles y que son, precisamente, los que hacen mantener la fe a la población.

Pocas son las oportunidades que le dan a la población de mantener la confianza y, sin embargo, el pueblo se encuentra firme, estoico y leal a sus propósitos creyentes.

En los tiempos recientes, los mexicanos no hemos encontrado esa figura que nos represente, por lo que nos hacemos devotos de aquel que nos ofrezca algo distinto de lo común.

Así en la política como en el deporte o el espectáculo, mantenemos firmeza en personajes que con el paso del tiempo comienzan a desdibujarse.

Disculpamos todo, con tal de aferrarnos a esa ilusión que nunca se concreta y exigimos de más a personajes que creemos tienen la obligación de concretar nuestros sueños y no los de ellos.

Ramón Zurita Sahagún
www.revistapersonae.com
ramon-zurita.blogspot.com

#Columna Política #De Frente y de Perfil #México #Opinión #Ramón Zurita Sahagún

By Diego