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17 de junio de 2025

El arte de disfrutar con estilo y sentido. Una de cada tres personas tiene infertilidad en México

Por Dario 17 de junio de 2025

Susana Sánchez Segura

La infertilidad no siempre es visible, pero afecta a millones de personas en todo el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca de 186 millones de personas y 48 millones de parejas viven con esta condición, que se define como la incapacidad para lograr un embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales frecuentes sin protección, o 6 meses si la mujer tiene más de 35 años.

Por ejemplo, en México, 1 de cada 3 personas no logrará concebir de forma natural. Aunque las causas pueden ser múltiples, el camino hacia un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado suele estar marcado por la incertidumbre y la desinformación.

Por eso, cada historia de fertilidad debe comenzar con información precisa, dice la Dra. Claudia Castillo, directora médica de Ingenes, asegura que el primer paso debe ser una evaluación médica integral que considere todos los factores, tanto femeninos como masculinos, porque un diagnóstico claro no solo detecta, también guía.

Claudia Castillo, ginecóloga con alta especialidad en Biología de la Reproducción Humana, explica que el 40% de los casos de infertilidad se deben a causas femeninas, otro 40% a causas masculinas, 10% a una combinación de ambos factores y el 10% restante sigue sin explicación definida. En las mujeres, pueden influir alteraciones uterinas, ovulatorias, o tubáricas. En los hombres, los principales factores están relacionados con la calidad y cantidad de espermatozoides, así como problemas en la eyaculación o disfunción sexual.

También la edad tiene un peso importante, se suele creer que mientras haya menstruación hay posibilidad de embarazo, la realidad es más compleja, ya que una mujer menor de 30 años tiene menos de 20% de probabilidad de embarazarse cada mes. Después de los 40, esta cifra cae a 5%. Las mujeres nacen con un número limitado de óvulos que disminuye con los años. No solo se reduce la cantidad, también baja la calidad, y eso complica aún más las posibilidades de lograr tener un bebé.

Otro aspecto que no puede ignorarse es el emocional. Aunque el estrés no es una causa directa de infertilidad, sí impacta la forma en que se vive el proceso. Por eso, dice la experta, quien forma parte de asociaciones como la ESHRE y la AMMR, y está certificada por el COMEGO, se necesita un enfoque integral que incluya acompañamiento psicológico y sensibilidad clínica. Con lo cual se pueden tomar decisiones con claridad, sentirse acompañado y reducir la ansiedad que también forman parte del tratamiento.

Las técnicas para tratar la infertilidad son diversas y deben adaptarse a cada caso; desde métodos de baja complejidad, como el coito programado o la inseminación artificial, hasta opciones más avanzadas como la fecundación in vitro, la restauración de óvulos, entre otros.

Un programa multiciclo es clave para mejorar las posibilidades de éxito, con este programa Ingenes ha logrado tasas acumuladas de éxito de hasta 96%. Lejos de repetir un tratamiento, estos programas permiten analizar cada intento, hacer ajustes y tomar decisiones clínicas mejor fundamentadas. La experiencia no se resume en años, también se construye con cada paso revisado y cada ajuste documentado.

Elegir el lugar donde se buscará una alternativa reproductiva implica considerar factores como la continuidad del tratamiento, la claridad en los resultados, el respaldo institucional y la experiencia del equipo. En estos casos, la transparencia y la capacidad de comunicar avances con evidencia son esenciales.

Porque detrás de cada diagnóstico hay una historia concreta y, con ella, una búsqueda legítima. La información clara y el respaldo médico son parte del camino, y en muchos casos, también hacen la diferencia.

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